El taller ha alcanzado una estupenda madurez, la verdad, parece mentira que dos días y medio te hagan tanto impacto. De nuevo el grupo, conductores más asistentes, ha sido de una elevada calidad humana y profesional. No es fácil hoy en día conectar con un grupo de desconocidos como se conecta en La Cabrera. Yo he tenido un “catapún” ó “plash” (o como lo diga Helmar) del que no me he dado cuenta hasta llegar a Madrid. El sábado no cené, no tenía apetito, ese día comí menos de lo normal. Solo al llegar a casa y darme cuenta de que tampoco había comido demasiado el, caí en la conclusión de que siendo una de mis vías de conducción de la ansiedad la comida, en ese momento, y ahora aún, mi ansiedad era cero y mi apetito muchísimo menor. Además, he dormido como si me hubiera tomado una caja de ansiolíticos (yo duermo bien, pero he dormido mejor). Pero lo he visto ya en casa…., me había pasado desapercibido antes. Es mi tercera vez y barrunto una cuarta.