Una oportunidad para conectar conmigo, a través de espacios de silencio, donde lograba habitar de manera todavía transitoria y sentir una realidad más verdadera, neutra e impersonal. Darme cuenta de la importancia de ir más allá de las palabras, de escuchar al mundo con la mirada, de no agarrarme equivocadamente a mis creencias, de la necesidad de atravesar los miedos cuando se nos presenten para ser nosotros mismos y de aceptarnos tal y como somos. En suma, un viaje de exploración interior, que solo no ha hecho más que empezar, donde lo verdaderamente importante no es lugar/destino que queremos alcanzar sino la manera de disfrutarlo, integrando los obstáculos que se nos presenten durante el camino.