Hace más de treinta años que mi fiel compañera ha sido una pesada mochila llamada “Trastorno Obsesivo Compulsivo”, juntas hemos caminado por un interminable túnel de inalcanzable salida. Un camino lleno de miedos, angustia e incomprensión que iban haciendo cada vez más pesada la mochila. Hace un año ese peso pudo conmigo y me doblegó, me sumió en la más absoluta oscuridad y desesperación.
Y llegó Helmar a mi vida, llegó y me mostró la CLARIDAD que habitaba en mí.
Gracias, gracias, gracias. Gracias Helmar por salvarme la vida, gracias por enseñarme a abandonar la mochila. Este retiro ha sido una de las mejores experiencias, rodeada de gente estupenda y en el lugar idóneo. Ha sido un gran renacimiento. El mejor viaje de mi vida, profundo y reparador.
Esta mañana me he descubierto caminando por la calle con la cabeza alta, ligera y sonriendo. Ya no hay nubarrones en mí, ya sólo brilla el sol.
Al cabo de 3 semanas:
Lo primero y más importante es que continúo por el sendero de la claridad. Me he enfrentado en varias, no pocas, ocasiones a mis pensamientos TOC y mi respuesta ante ellos ha sido neutra, esa maravillosa neutralidad tan gratificante. No imaginas lo feliz que me siento, es imposible describirlo.
Mis padres siguen presentes en mi alma y en mis sueños, siempre será así, pero ahora los siento vivos y no he vuelto a revivir su muerte cuando duermo.
He logrado escribir de nuevo, hacía más de un año que no lo hacía, y además percibo el mundo de otra manera, más vital.
Tengo que decirte que me siento diferente, que ahora siento que soy yo, que por suerte he regresado después de tantos años y de dar casi la batalla por vencida. Millones de gracias a ti.
Quiero seguir en este camino, me gustaría profundizar más en la claridad. Así que estaremos en contacto.