\»Más allá de lugares comunes tan al uso en otros cursos, en este caso he podido experimentar la liberación de salir del personaje, el alivio de desprenderme de los papeles de director y guionista de la obra, la ligereza obtenida al descender desde el escenario al patio de butacas, y la sensación de paz y plenitud que se ve acrecentada conforme me identifico con el espectador que observa al espectador previo que antes creía ser. Pero, ¿desde dónde observo?, y, sobre todo, ¿quién es el que observa?. Gracias, Helmar, por acompañarnos en este viaje apasionante\»