Es difícil explicar algo que ni yo misma me explico. El segundo día de retiro por la tarde ocurrió. Empecé a ver muchos más colores de los que veía hasta ese momento.
De hecho ahora hay momentos que hasta algunos de ellos parece que salta y hasta me hace daño en la retina de tanto brillo que manifiesta. Debía estar adormecida o quizá nublada (que diría Helmar ) durante años pues ya no recordaba la vida tan colorida. Hace muchísimo tiempo que abandoné acabar bellas artes pues trabajando como consultor y con mi carrera de ingeniero industrial bajo el brazo pensé que tenia suficiente. Ahora es diferente. Ahora no tengo suficiente. Vuelvo a pintar. En definitiva estoy agradecida al retiro que me ha hecho ver.
Además se come de fabula, el lugar es precioso, Helmar un amor, que te guía sin juzgar, los compañeros fueron increíbles y todo hizo la magia!